En una olla ponemos a calentar 1 lt de leche entera a 75 °C, con mucho cuidado con nuestro dedo meñique, iremos midiendo la temperatura, si aguantamos 5 segundos en la leche caliente, es hora de apagar el fuego, si aguantamos más, la podemos dejar en el fuego un rato más.
Esto es para que las bacterias del yogurt se puedan desarrollar bien.
En un tazón colocamos un poco de esta leche y le agregamos 15gr de yogurt natural. Revolvemos con una cuchara, suavemente, hasta que ambos ingredientes se integren.
Agregamos esta mezcla al resto de leche y revolvemos un poco mas.
Debemos procurar no tardarnos tanto desde que apagamos el fuego hasta este punto, ya que la leche se puede enfriar y comenzar a hacerse grumos.
Vaciamos nuestra mezcla en un toper con tapa y con una toalla o una servilleta de las que usamos para las tortillas, envolvemos el toper y lo dejamos en un espacio cálido durante toda la noche.
Al día siguiente lo revisamos y si ya está cremoso este estará listo, si, no, lo podemos dejar tapado un par de horas más.
Para que quede aún mejor con ayuda de trapo limpio o servilleta para las tortillas, un colador y un recipiente que lo sostenga, lo ponemos a escurrir guardado en el refrigerador una noche más, hasta que saque todo el suero.
Al día siguiente lo destapamos y podemos ver como está bien cremoso, servimos y podemos acompañarlo con alguna mermelada casera, miel o azúcar.