Daddy Yankee, reconocido como el máximo exponente del reguetón, anunció su retiro de la escena musical para embarcarse en una “nueva historia” y “nuevo comienzo” junto a Cristo. El impactante mensaje del artista se volvió viral tras su último concierto en el Coliseo de Puerto Rico, en San Juan.
En un emotivo discurso de casi tres minutos, Daddy Yankee reveló que durante mucho tiempo intentó llenar un vacío en su vida que nadie pudo colmar. Expresó que, a pesar de aparentar felicidad y éxito, algo faltaba para hacerlo completo. Sin embargo, destacó que esos días han llegado a su fin.
El cantante confesó haber encontrado a alguien que pudo llenar ese vacío y reconoció que, aunque para muchos era alguien, él no era nada sin Cristo. Citando la Biblia, Daddy Yankee reflexionó sobre la importancia de no perder el alma en la búsqueda del éxito terrenal.
Raymond Ayala, nombre real del artista de 46 años, proclamó públicamente que Jesús vive en él y que vivirá para Él. Anunció el fin de una historia y el inicio de una nueva, dedicando todas las herramientas a su disposición, como la música y las redes sociales, al servicio del reino.
Daddy Yankee invitó a sus seguidores a acompañarlo en este nuevo comienzo, instándolos a no seguir a ningún hombre, sino a Jesucristo, a quien describió como el camino, la verdad y la vida. El artista expresó su gratitud hacia Puerto Rico y compartió su esperanza de evangelizar el mundo desde la isla.
Este paso de Daddy Yankee hacia la fe no es único en el mundo del reguetón, ya que se une a otros artistas urbanos como Héctor ‘El Father’, Farruko, Voltio, Gocho, Jomar ‘El Caballo Negro’, Larry Over y El Sica, quienes también han decidido dejar la música para seguir el Evangelio.
En su último concierto, Daddy Yankee compartió el escenario con Luis Fonsi para interpretar “Despacito” y con Rauw Alejandro para cantar varios temas, consolidando una despedida inolvidable para sus seguidores. Este sorprendente anuncio marca un capítulo nuevo en la vida del reguetonero, ahora comprometido con su fe y un propósito más trascendental.