Seguramente conoces o tienes un amigo que su cumpleaños es el 29 de febrero. Tal vez celebra a la media noche del 28 de febrero o el 1 de marzo cada año, o posiblemente sólo tenga una mega fiesta cada cuatro años. Así que imagina lo frustrante que sería haber nacido en el Imprerio sueco el 30 de febrero de 1712, sí, aunque no lo creas es el único día de este tipo en la historia.
Ese año estuvo lleno de acontecimientos que ocasionaron tener dos días bisiestos. Nuestro calendario moderno, se llama gregoriano, que fue desarrollado bajo el pontificado de Gregorio XIII. Es básicamente el mismo que el calendario Juliano, creado por Julio César, salvo con unas mejoras.
Mientras el calendario gregoriano fue terminado en 1582, la adopción de los países fue lento, por lo que tomó más de 100 años para el Imperio sueco (que era protestante y no católico) adoptarlo. Debido a que el cambio del calendario juliano al gregoriano tenía un desfase de diez días, muchas regiones omitieron el calendario por una semana y media. El Imperio de Suecia decidió lanzar la diferencia de forma gradual y omitió los días bisiestos durante cuarenta años, a partir de 1700, hasta que el calendario fue finalmente correcto.
Sólo que no fue así, ya que poco después, estalló la guerra y todo el mundo se olvidó de los días bisiestos hasta 1712, cuando el Rey de Suecia y Carlos XII, declararon que se tenía que olvidar el calendario gregoriano y acabar de una vez con el juliano.
Para saltar un día bisiesto, en 1700 (que fue un año bisiesto en el marco calendario juliano, pero no en el Gregoriano), simplemente decidieron añadir de nuevo en el calendario dos días bisiestos, lo que les dio como único el 30 de febrero en la historia, así lo publica Mental Floss.