La flor de cempasúchil o damasquina además de adornar los altares del Día de Muertos, también forma parte de las hierbas y plantas medicinales, desde hace siglos se ha utilizado para aliviar dolores estomacales, la fiebre y los cólicos.
Según la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tienen registros del uso medicinal de esta planta en el Códice Florentino. A finales del siglo XIX, se aludió a sus efectos: estomáticos, febrífugo y antiespasmódico, además de ser útil para acelerar la cicatrización de úlceras.
Los aceites contenidos en la flor de cempasúchil tienen igualmente un resultado antibiótico contra bacterias como: Pseudomonas aeruginosa las cuales ocasionan infecciones tanto en vías urinarias como en las vías aéreas o el aparato respiratorio, fosas nasales, boca, laringe, faringe tráquea, bronquios, bronquiolos y pulmones; Staphylococcus aureus (causan infecciones cutáneas, tos y fiebre); Bacillus cereus (diarrea, dolor abdominal y náuseas) y Escherichia coli (infecciones estomacales y diarrea).
También esta flor actúa contra los hongos: Cándida albicans, Candida utilis, además del Aspergillus niger (presente en infecciones pulmonares).