Quemaduras
Cada una de las personas que se encontrasen en lugares expuestos directamente al Sol -como en la playa, por ejemplo- llegarían a sufrir grandes quemaduras en la piel.
Esto, debido a que las moléculas de oxígeno en el aire protegen a la piel contra la luz ultravioleta emanada por el Sol, y al no estar presente, estas incidirían directamente en nuestra piel.
El cielo se tornaría oscuro
El cielo, aunque fuese de día se tornaría oscuro, debido a la presencia de menos partículas en la atmósfera para dispersar la luz azul, de esta forma, incluso podría llegar a convertirse en un color totalmente negro.
Todo se caería hacia el aire
Absolutamente todo lo que estuviera en el suelo iría inmediatamente en caída libre, a consecuencia de que el oxígeno constituye más del 40% de la corteza y el manto de nuestro planeta Tierra.
Nuestros oídos explotarían
Internamente, el oído de absolutamente todas las personas explotaría, ya que se perdería alrededor del 21% de la presión del aire en un instante, provocando en consecuencia este terrible hecho.
¡Adiós construcciones!
Cada una de las construcciones como edificios y casas construidas con concreto se derrumbarían de forma instantánea y se convertiría en polvo, ¿por qué? Pues, porque el oxígeno es un gran aglutinante para estas estructuras, y sin él todas ellas se derrumbarían.