Hoy, 24 de junio, se celebra el International Fairy Day, un día que parece sacado de un cuento pero que tiene detrás una comunidad real que honra la imaginación, lo etéreo y lo fantástico. ¿La excusa? Conectar con nuestro lado más creativo, con esas historias que crecimos escuchando y que aún, en secreto, nos gustaría creer.
¿Qué se celebra exactamente?
El Día Internacional de las Hadas nació como una forma de homenajear a estas criaturas mitológicas que habitan desde hace siglos en el folclore celta, escandinavo y europeo. Seres traviesos o protectores, alados o diminutos, que encarnan la magia de los bosques, el cambio de estación y, a veces, la justicia poética del mundo natural.
La festividad comenzó a tomar fuerza a inicios de los 2000 entre comunidades de artistas, escritores y entusiastas del arte fantástico, y hoy en día se celebra con ferias temáticas, lecturas de cuentos, disfraces y rituales simbólicos en países como Inglaterra, Escocia, Irlanda, Estados Unidos y, por supuesto, internet.
¿Y qué tiene que ver con nosotros?
Más allá del glitter y las alas, el Día de las Hadas nos recuerda la importancia de preservar el asombro, la fantasía y la capacidad de imaginar otros mundos, sobre todo en tiempos donde la realidad pesa.
Además, la fecha coincide con otras celebraciones paganas y folclóricas del solsticio de verano (como la Noche de San Juan), lo que refuerza ese simbolismo de renovación, conexión con la naturaleza y apertura a lo invisible.
¿Cómo celebrarlo?
Porque la fantasía no es solo para niños…
…sino un refugio, una inspiración y un recordatorio de que no todo tiene que tener lógica. A veces, creer en hadas no es ingenuo, es revolucionario.