En 1997 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama el Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura, con un único objetivo: la erradicación total de la tortura.
La tortura se considera un crimen a nivel internacional, está prohibida y no puede justificarse bajo ninguna circunstancia, este día sirve para pedir a todos los interesados, los Estados Miembros de las Naciones Unidas, la sociedad civil y los particulares, que se unan en apoyo de los cientos de miles de personas que en el mundo entero han sido víctimas de torturas o que todavía hoy son torturadas.
Para recuperarse de la tortura se requieren programas especializados de rápida actuación. El trabajo de los centros de rehabilitación y de las organizaciones especializadas de todo el mundo han demostrado que las víctimas pueden hacer la transición desde el horror a la curación. El Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura , administrado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra es una herramienta humanitaria única y universal que proporciona asistencia directa a las víctimas de la tortura y a sus familiares dondequiera que se produzca la tortura. El Fondo, creado en 1981 con el mandato de apoyar a las víctimas de la tortura y a sus familias, celebra este año su cuadragésimo aniversario.
El Fondo canaliza contribuciones voluntarias a organizaciones de la sociedad civil que prestan servicios jurídicos, sociales, humanitarios, psicológicos y médicos. Los beneficiarios incluyen a defensores de los derechos humanos, personas privadas de libertad, niños, niñas y adolescentes, personas refugiadas y migrantes, víctimas de la desaparición forzada, pueblos indígenas, víctimas de violencia sexual y de género y personas LGBTI, entre otros.