Como bien diría ese sabio felino amante de las lasañas, “Odio los lunes”. Y es que, cuando el despertador suena, los vestigios del fin de semana desaparecen y lo único que queda es el amargo sabor de la rutina, como si te hubieran cambiado tu pizza favorita por sopa de coliflor. Pero, ¿qué pasa cuando a esto le sumamos el llamado “Blue Monday”, el lunes más triste del año?
La historia de este melancólico lunes comenzó en 2005, cuando una agencia de viajes y un psicólogo (que probablemente tenía mucho tiempo libre) decidieron coronar un día de enero como el más deprimente de todos. Para ello, crearon una fórmula que combina deudas post-navideñas, el clima invernal y el peso de nuestras resoluciones incumplidas. Spoiler: la fórmula es más ficticia que creer que los lunes son amados por alguien que no sea un entrenador personal.
Pero, ¿por qué esta idea sigue resonando? Pues bien, enero es un mes que viene con todo: el bolsillo flaco tras las fiestas, los días grises que hacen que hasta el optimista del grupo baje la mirada, y el retorno a la vida laboral o estudiantil, que siempre cuesta.
Ahora, antes de que empieces a culpar al Blue Monday por tu mal humor y te pongas a escuchar baladas melancólicas en bucle, es importante recordar que esta fecha es, en realidad, un invento de marketing. Sin embargo, no deja de ser una buena oportunidad para hablar de algo muy real: la salud mental.
Porque, si bien un lunes puede ser una piedra en el zapato, lo que realmente importa es cómo cuidamos nuestra mente a lo largo del año. Hablar de nuestras emociones, pedir ayuda cuando la necesitamos y aprender a manejar el estrés son las verdaderas herramientas para derrotar cualquier día gris.
Así que, si te sientes atrapado en el peor lunes de tu vida, recuerda que no necesitas esperar al próximo fin de semana para hacer algo que te saque una sonrisa. Quizá sea hora de tomar un café extra grande, poner tu canción favorita (sin importar si es reguetón o jazz) y, por qué no, dedicarte un rato a cuidar de ti mismo. Porque, después de todo, hasta Garfield sabe que, con suficiente lasaña, cualquier lunes se puede sobrevivir.