Un recién nacido tiene el estómago de una capacidad de entre 5 y 7 mililitros y tiene el tamaño aproximado de una cereza. En tan solo dos semanas esa capacidad inicial se multiplica por más de veinte llegando a alcanzar entre 80 y 150 mililitros es el tamaño aproximado a un huevo.
Los primeros días de vida del bebé se recomienda empezar con tomas pequeñas pero frecuentes: cada dos horas o al menos ocho veces a lo largo de las primeras 24 horas de vida del niño, hablamos de entre 10 y 50 mililitros de calostro en ese periodo de tiempo, “no es recomendable dar a un recién nacido más leche materna en cada toma para reducir su número y tratar de aumentar la capacidad del estómago.
Al tercer día, el estómago del bebé tiene el tamaño de una nuez, el tiempo en el que se produce la ‘subida’ de la leche varía. Habitualmente ‘sube’ entre el segundo y el quinto día después del parto. “Durante los tres primeros días de vida del bebé es normal que pierda algo de peso. Varios estudios demuestran la media de esta pérdida entre un 5% y un 7%”, su estómago tiene una capacidad de entre 22 ml y 27 ml y su tamaño se asemeja al de una nuez.
Para la primera semana entre los diez y los catorce días de vida del bebé, su estómago ya tiene un tamaño similar a un huevo XL y una capacidad de entre 80 mililitros y 100 mililitros. El bebé ya ingiere entre 400 mililitros y 1 litro de leche de la propia madre cada 24 horas.