Dejando de lado el encuentro entre los Kansas City Chiefs y las Eagles de Filadelfia, hay mucho más en juego en el Super Bowl de este año.
Empecemos por el encargado del show del halftime de este año: Kendrick Lamar.
Recordemos que desde hace un buen rato, Kendrick tiene un beef o pelea con el rapero Drake, la cual no ha hecho más que escalar con la elección de Jay-Z para que Lamar se presente en el Super Bowl. Esto se suma al gran éxito y reconocimiento de la canción Not Like Us, en la que Kendrick básicamente lanza una tiradera para seguir manchando la reputación de Drake. Para este último, debió ser humillante no solo el éxito de la canción, sino también que, durante la ceremonia de los Grammy, Lamar se llevara cinco—sí, cinco—Grammy, además de que el tema fue coreado por los asistentes, incluyendo a Taylor Swift, quien incluso se paró a bailar. Siendo honestos, es muy probable que Kendrick cierre su presentación en el Super Bowl con esta canción para terminar de enterrar la reputación de Drake.
Hablando de Taylor, si bien su presencia en el partido desagrada a los amantes del deporte y a sus haters por igual, este año tendrá una importancia mayúscula.
Recordemos que Taylor tiene una relación con Travis Kelce, jugador estrella de los Kansas City Chiefs, quien, según fuertes rumores, fue visto en varias joyerías buscando un anillo de compromiso. Esto podría opacar el cuarto título de los Chiefs. Sin embargo, para molestia de sus haters, incluso si Kansas pierde, ella gana, pues es aficionada de las Eagles de Filadelfia. Pero la presencia de Taylor tiene un peso aún mayor, ya que el año pasado estuvo acompañada de Blake Lively, su íntima amiga, quien actualmente protagoniza uno de los escándalos más jugosos de Hollywood. Si este año aparece nuevamente con ella, demostraría que, efectivamente, es uno de los “dragones de la Khaleesi” en su guerra mediática contra Justin Baldoni.
Este año, el partido del Súper Domingo pasa a segundo plano y, si bien es uno de los eventos más esperados del año, realmente se ve opacado por todo lo que lo rodea.
No podemos hacer más que esperar al domingo para ver no solo un gran partido, sino también un espectáculo mediático.
