Este 8 de abril, Manuel Mijares sorprendió a sus fans con un anuncio que llenó las redes de sentimientos encontrados: se despide de los escenarios. Con más de 40 años de carrera, el reconocido “Soldado del Amor” decidió que era momento de descansar y recargar energías, sin dejar lugar a dramas ni despedidas demasiado elaboradas.
En un breve mensaje publicado en su cuenta oficial de Instagram, Mijares dejó claro su deseo de tomarse un tiempo libre:
“Hoy quiero descansar y tomarme un tiempo libre. En los próximos días les daré más información. Gracias por estar siempre conmigo.”
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Con estas palabras, el artista no solo confirma su retiro de la actividad en vivo, sino que también marca el cierre de una etapa en la música romántica en español. La noticia, recibida con nostalgia y cariño, plantea una pregunta interesante: ¿qué futuro le espera a la música sentimental en una industria donde el amor se canta de formas muy distintas a como se hacía antes?
Mijares siempre se destacó por ser una de las pocas voces masculinas que cantaban al amor con una autenticidad y vulnerabilidad que desafiaba los estereotipos. Mientras muchos artistas masculinos se amoldan a estilos más agresivos o a modas pasajeras, él apostó por una masculinidad que no temía mostrar emociones profundas y sinceras.
En una era en la que las letras a menudo se centran en el deseo, el despecho o el desamor, Mijares ofreció un enfoque distinto: un amor sin posesiones ni estrategias, que invitaba a la reflexión y a la sensibilidad. Su carrera dejó una huella imborrable en quienes crecieron con sus baladas pop cargadas de emoción, abriendo camino a la apreciación de una autenticidad que parecía casi extinta en la música actual.
Aunque el retiro de Mijares significa que ya no veremos nuevas presentaciones, su legado perdurará en cada playlist que aún resuena con sus canciones. Su mensaje invita a recordar que el amor puede ser cantado de manera sincera, sin necesidad de artificios ni imposiciones de lo que se espera de la masculinidad en la industria musical.
El final de su carrera en vivo marca, en muchos sentidos, el fin de una era en la que el alma de la balada romántica en español se expresaba a través de una voz que, sin buscar modas, se mantuvo fiel a sus convicciones y emociones.
Gracias, Soldado del Amor, por regalarnos esa manera única de sentir y vivir el amor, una forma de cantar que, hoy en día, sigue siendo tan necesaria como inolvidable. ¿Será este el final definitivo o solo una pausa para recargar fuerzas? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que tu legado continuará marcando pautas en la construcción de la masculinidad emocional en la música.