A pesar del inevitable toque kitsch que se respira en Better Man, la biopic de Robbie Williams, la película es, sin lugar a dudas, un soplo fresco en el panorama de las biopics musicales. Con la dirección de Michael Gracey –el artífice de The Greatest Showman– la cinta se convierte en una celebración audaz y emotiva de la vida y el legado de uno de los iconos más carismáticos del pop británico.
Uno de los grandes aciertos de Better Man es su enfoque dual: por un lado, nos ofrece una narrativa honesta y desenfadada que repasa los altibajos de la carrera de Robbie Williams; por el otro, se deleita en escenas musicales espectaculares que reavivan la energía y el espíritu del rock en una era en la que el cine parece haberse quedado en fórmulas predecibles. Desde los primeros diez minutos, la superposición de “Feel” con el drama personal del joven Robert nos atrapa, haciendo que la música sea el alma del relato, más que un mero marcador temporal.
La innovación tecnológica juega un papel fundamental en esta biopic. La transformación digital que permite ver a Robbie –interpretado en pantalla por Jonno Davies en coreografías impresionantes– añade una dimensión visual única. Esta técnica no solo refresca la narrativa, sino que permite que el espectador se sumerja en una experiencia casi onírica, donde la irreverencia y el talento del cantante se fusionan en una especie de “monólogo visual” que enamora.
Además, Better Man destaca por su capacidad para mezclar humor, drama y música en una misma propuesta. La película se desmarca de otras biopics saturadas de clichés al no temer a explorar el lado más humano y, a veces, contradictorio de Robbie Williams. La montaña rusa emocional que se refleja en cada éxito musical se convierte en el motor de una historia que, a pesar de sus momentos kitsch, se siente auténtica y llena de vida. Es una oda a la pasión por el espectáculo, a la resiliencia y a esa sed inagotable de reconocimiento que ha definido a Robbie desde sus humildes orígenes hasta la cúspide de su carrera.
En definitiva, Better Man es mucho más que una biopic; es una experiencia cinematográfica que fusiona el poder del pop británico con una estética innovadora y vibrante. Aplaudo la forma en que la película rinde homenaje a un icono cultural sin caer en la autocomplacencia, invitando al público a redescubrir a Robbie Williams a través de una narrativa que, aunque irreverente, está cargada de emoción y un sincero espíritu de superación. Y mientras Robbie se prepara para conquistar los escenarios europeos esta temporada, Better Man nos recuerda que el verdadero espectáculo no se apaga nunca.