Un día como hoy, pero de 1970, nació en Studio City, California, uno de los nombres más respetados, premiados y replicados del cine moderno: Paul Thomas Anderson. Si el cine fuera un menú gourmet, sus películas serían esas que no todos entienden a la primera, pero que te dejan pensando durante días (y con hambre de más).
Anderson es el responsable de obras maestras como Magnolia, There Will Be Blood, The Master, Punch-Drunk Love o la más reciente Licorice Pizza, películas que exploran lo humano desde sus rincones más vulnerables, intensos o absurdos, y lo hacen con una cámara que se desliza como si flotara sobre las emociones.
¿Por qué es tan importante Paul Thomas Anderson?
Porque no hace cine para complacer, sino para provocar. Sus personajes suelen estar rotos, llenos de contradicciones, como si vivieran con una banda sonora de Radiohead (dato curioso: es amigo de Jonny Greenwood, guitarrista de Radiohead y compositor de varias de sus películas). Anderson filma el vacío con belleza, la incomodidad con elegancia y el caos con precisión quirúrgica.
Si lo tuyo son las historias simples con finales felices, probablemente salgas confundido de una de sus pelis. Pero si disfrutas el cine como un espejo emocional (a veces sucio, a veces distorsionado), entonces PTA —como le dicen los fans— es tu director ideal.
El estilo PTA: tracking shots, silencios que hablan y diálogos que duelen
En el universo de Paul Thomas Anderson no hay explosiones ni efectos especiales exagerados, pero hay silencios que valen más que mil diálogos y escenas que te desarman sin que te des cuenta. Usa planos secuencia que te hacen contener la respiración, y le da espacio a sus actores para que exploten en pantalla. Daniel Day-Lewis, Joaquin Phoenix, Amy Adams, Philip Seymour Hoffman y Vicky Krieps han brillado con él como pocas veces.
¿Cómo celebrar a Paul Thomas Anderson?
Fácil: escoge una peli suya, préndete un cafecito o lo que prefieras, y prepárate para mirar hacia adentro mientras todo parece venirse abajo en pantalla. Si no sabes por dónde empezar, aquí van tres recomendaciones:
Con 55 años, Paul Thomas Anderson no solo ha marcado a toda una generación de cinéfilos, también ha demostrado que el cine puede ser tan complejo como la vida misma… y que no siempre hay que entenderlo todo para sentirlo.
🎂 ¡Feliz cumpleaños, Paul Thomas Anderson! Que sigas rompiéndonos el corazón en pantalla por muchos años más.