Hace 18 años, en los inicios de su carrera, Michel Franco dudaba de su capacidad de escribir guiones y si podía vivir del cine.
“No es que quisiera tirar la toalla, pero si tenía dudas”, cuenta el director que aprendió a hacer cine viendo VHS, DVD y los making of de las cintas.
fue con su cortometraje Dos abrazos al festival de Huesca y ganó el Danzante, uno de los principales premios del certamen que además estaba dotado con 6 mil euros.
“Era un momento en el que pensaba si dedicarme a esto era un salto al vacío, pero gané, comencé a ver que sí y la gente, mis familiares, empezaron a creer más en mi proyecto”.
Hoy cuenta con premios en Cannes por sus cintas Chronic. Las hijas de Abril y Después de Lucía y, apenas el año pasado, obtuvo el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia por Nuevo orden, su más reciente filme.
Antes de la pandemia Franco filmó Donde quema el sol, ahora en postproducción y cuya mezcla de sonido recaerá en Jaime Baksht, actual nominado al Oscar por Sound of metal y con quien trabajó en Nuevo orden.
si las condiciones sanitarias lo permiten, el director de 41 años adelanta que viajará a Huesca, al mismo festival que hace 18 años le dijo que podía hacer cine.
Ahí recibirá el premio Ciudad Huesca Carlos Saura, a su trayectoria en el mundo del cine.
“Siempre he dicho que ese premio, el de hace 18 años, ha sido el más importante para mí porque me ayudó a creer en mí para el futuro; como director significó un antes y un después”